domingo, 17 de julio de 2016

Monóloguenado...

El "Desfloro de Banarte" fue el primer montaje que realizó Banarte Antzerki Taldea, se estrenó en el ya lejano 26 de abril de 2008 dentro del programa de fiesta de San Prodencio de Matiena, casualmente como hemos hecho con "Dudas razonables" este año. Era un espectáculo de monólogos que incorporaba una coreografía antes de cada monologuista. La cosa resulto, los monólogos resulta, y se ha mantenido hasta ahora variando de formato y de monologuistas, pero con la misma, misma esencia, la de hacer pasar un buen rato al público que se acerca a vernos.

 Los monólogos, ahora en un formato reducido, que guarda solo esencia, es decir el propio texto,  los pasamos por bares y plazas, siempre de una forma animada y recibiendo la cercanía del público.



El último pase lo hicimos ayer en Bergara dentro del programa de fiestas de Santa Marina y fue una de esas actuaciones donde acabas contento de haber pasado un buen rato y habérselo hecho pasar a quienes han venido a verte.

Los monólogos de humor de Banarte es un espectáculo consolidado, vivo y variable que siempre hace pasar un buen rato y desata la risa. Seguiremos así hasta el infinito y mucho más.

domingo, 3 de julio de 2016

Mirando hacia el otoño

El "curso" se acaba y  como recompensa al trabajo que hemos hecho durante este curso, complicado curso con un complicado trabajo que se enredó y enredó hasta que al final, aquel ya lejano (y fue ayer) 30 de abril salió y gustó. Un reto que nos costó mucho sacrificio de todo tipo, un sacrificio que solo pueden entender aquellos que sacrifican partes importantes de su tiempo por amor al teatro, a la representación, a la expresión pura de comunicación directa entre humanos, en un pacto entre el público y los actores en el que estos se comprometen a  creer como cierta la realidad ficticia que se crea en el escenario.

"Dudas razonables" lleva a espectador a al corazón mismo de la deliberación de un jurado popular donde nueve personas, hombres y mujeres, tienen el deber de determinar, fehacientemente, sin duda razonable alguna, si un chaval de 18 años es culpable o no culpable de haber asesinado a su padre clavándole una navaja. Hechos, pruebas y testimonios que en la sala de vistas eran claros y  no dejaban lugar a dudas se van desgranado. Lo que parece evidente se convierte en dudoso y lo que cada uno esconde va saliendo a la luz y se va mostrando. Egoísmos, prejuicios, venganzas,  complejos,  límites morales, solidaridad, comprensión, generosidad...  van saliendo a la luz en la desnudez a la que cada miembro del jurado se va sometiendo. De la comodidad del acuerdo de grupo, del sentirse miembro de un colectivo en el que todos tienen una misma idea, a la dificultad de de verse solo.  "Dudas razonables" va mostrando sea ruta que nos hunde en la complejidad del ser humano. En la maraña de sentimientos, reflexiones y juicios que componen nuestra conciencia y nuestra consciencia de relación con nuestro entorno.



"Dudas razonables" no deja indiferente a quien la ve. Va mostrando caras humanas que se reconocen en el público. Caras que todos tenemos y que a todos nos gustan o nos disgustan puesto que conforman la propia complejidad humana y social que anida en nuestro montón de carne y huesos que somos, esa complejidad que nos da identidad.

El reto era lograrlo. Lograrlo desde los propios recursos de Banarte y con sus limitaciones amplias de todo tipo. El reto era poder acabar la obra y que lograra comunicar esa complejidad que define a cada mujer y a cada hombre. Hacerlo de una forma sencilla, fácil, agradable, entretenida...  hasta divertida. Y cuando miras atrás y reflexionas sobre lo que has visto en la reacción del público en cada representación te das cuenta que el objetivo ha sido logrado.