miércoles, 23 de diciembre de 2020

Los premios que no lo parecen

Hay veces el reconocimiento al trabajo bien hecho llega silenciosamente, despacito y en silencio. El llegar al objetivo marcado y mantenerlo  es la satisfacción, el premio al sacrificio que cualquier proyecto conlleva. En nuestro caso, cuando hace ya 13 nos juntamos y fundamos Banarte, el objetivo era matar aquel gusano, "mono" que hacía unos años antes Patxi Hermoso  había inoculado en nuestro cuerpo. El objetivo era  volver a salir a escena, era sentir ese nerviosismo, esa ansiedad que se producía un poco antes de levantarse el telón, y la satisfacción de recibir los aplausos del público.

Recuerdo cuando acabamos el montaje del primer proyecto "El desfloro de Banarte" y llegó el momento de echar a andar por los escenarios con el trabajo, que dicho sea de paso, tenía su dignidad y una muy buena acogida del público, gracias al trabajo realizado por Aitziber Bilbao, era el inicio de una aventura cuyo  objetivo se marcaba en hacerse un hueco en la escena de nuestro país. En el lugar preciso, a la altura que podríamos tener con nuestras circunstancias que se distinguen y nos separan de  los que tienen la suerte de tener  la dedicación exclusiva al arte de hacer teatro, de hacer magia. El poder mantener la aventura constante y continua del trabajo escénico.



2008 "El desfloro de Banarte"
2013 "Guernica 1913"

2019 "Comunicado de muerte"
2020 "¡Ese no!"









Han pasado muchas cosas desde entonces, ha habido mucho malos momentos y muchos buenos momentos. Premios y reconocimientos, también hemos sentido como nos hemos ido haciendo nuestro hueco en este complicado mundo de las artes escénicas y de la cultura.

El pasado sábado 12 representamos "¡Ese no!"  en el teatro Arriola Antzokia de Elorrio cuyo responsable de programación es Iñaki Larrañaga, Txano, una de las personas relevantes del mundo escénico vasco y que tiene una experiencia muy dilatada en panorama escénico del estado. Alguien cuya opinión tiene valor y es respetada.  La respuesta del público  muy buena llenando el aforo disponible de la sala, los comentarios muy positivos y la satisfacción plena.  Después llegó el premio con la valoración que hizo Txano "un trabajo correcto, bien hecho, que se puede pasar en cualquier teatro" . 

Ahora solo nos queda completar la gira para el próximo año (en el que esperemos que llegue una cierta normalidad) y empezar a pensar el el próximo proyecto.


2010 "Vuelve bigotillo, vuelve"
2011 "Abuelita de Batman"

2015 "Dudas razonables"




lunes, 14 de diciembre de 2020

Elorrio, Arriola antzokia siete de la tarde...

 ...de un sábado 12 de diciembre de 2020, periodo espacial por la pandemia de la COVID-19. El telón cerrado y tras de él preparada la escenografía. Los actores y actrices tomando posiciones y repasando esas partes del texto, y de los tránsitos,  que se le cruzan de una u otra forma. Atrás, en el control, el técnico preparando y apurando todo, música de sala, eventos de iluminación en su sitio, eventos de audio ajustados, el público ocupando sus asientos en una nueva distribución que asegura una separación suficiente para evitar los contagios (la cultura debe de ser segura). La sala se va llenando y tras el telón el elenco escucha el murmullo de las innumerables conversaciones que se producen. La pregunta que nos ronda  en la cabeza,esa de ¿cuánta gente habrá?  se responde con el nivel de ruido que llega.

Se ilumina la escena, se abre el telón y suena la música. Cayetana y Gustavo preparados en sus puestos de salida, la iluminación sube y se va mostrando la escenografía se ambos lados salen los actores y comienza la historia que poco a poco va pasando de ficción a real delante de los ojos de los y las espectadoras. Las llaves extraviadas, la llegada de Roberto, en amigo músico que toca el trombón, Enrique con su desparpajo y buen humor hasta que su mujer, Genma, llega tarde pero segura.

Comienza la velada, que se va liando, poco a poco,  hasta el momento en que se va de las manos y la broma pasa a la seriedad y la trascendencia. Las caretas que  cada personaje lleva, la que cada uno de nosotros usamos a diario, va dando paso a la realidad que se torna agria y áspera. 



Llega el desenlace, se cierra el telón y, tras los saludos y aplausos, el público va saliendo de la sala volviendo a la realidad el presente. Los comentarios giran ahora sobre lo que acaban de ver, sobre lo que acaban de vivir y la hora y media que acaban de pasar.

Todos satisfechos, el responsable de la programación, satisfecho. Una buena entrada, la sala estaba llena, y una muy buena sensación en el público, comentarios muy favorables, por parte de la compañía todos y todas satisfechos. Ha funcionado logramos hacer la magia de convertir la mentira pactada en realidad. De establecer ese lazo invisible entre el espectador y el actor, la actriz, que hace que lo que se siente en el escenario se  sienta, de forma refleja, en corazón de quien está viéndolo.

Una vez más el viaje de la nada al todo que la compañía hace en cada representación se completó con éxito.  ¡Ya estamos esperando el siguiente!