Con un clásico como base del trabajo, El Tartufo de Moliére, Paco ha ido repartiendo indicadores de como se construye un personaje, una obra, una historia. De como de un texto lleno de "agujeros" -como son los textos teatrales- logramos interpretar, primero, y actuar, después, para representar una y otra vez una historia llena de juego y de vida. Indicadores que nos dicen que nuestro personaje está en el "otro", que tenemos que decir más de lo que significan las palabras (ellas ya dicen su significado), que no somos "decidores" de textos, sino constructores de historias... Indicadores de como debemos seducir al directos y como el director debe seducir al actor, a la actriz. De como se debe seducir al público para lograr que la magia del teatro surja sustituyendo la evidencia de la farsa pactada entre el patio de butacas y el escenario, por la seducción de la historia que se cuenta.
Las claves de la comedia, el buscar continuamente las situaciones disparatadas a ritmo trepidante y al contraritmo necesario. Dando energía y llenando de vida, llenando de entropía, y juego cada una de las palabras del texto y cada una de las entrelíneas del mismo.
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