Si el otro día estábamos hablando del reto que se nos presentaba este fin de semana, aquello que titulamos "Objetivo Madrid...", que si no tenía suficientes ingredientes de riesgo, se le añadió las lluvias de la borrasca Martinho que mantuvo a la comunidad de Madrid pasada por agua y con los ríos llevando sus cauces a rebosar, con caudales de esos que se dan en décadas.
La situación de los ríos, y de las carreteras, se unió ya a la compleja planificación que habíamos previsto. El viernes 21 en la casa de cultura Giralt Laporta de Valdemorillo a las ocho de la tarde deberíamos crear esa oficina de la Ertzaintza en la que la angustiosa madre de Bruno Suárez volvería a dar testimonio.
Temprano, siempre en el equilibrio, salieron de Euskadi los actores y la actriz que prestan sus cuerpos, su carne, a los subinspectores Miren Yarza y Manu Otázua y al inspector Alberto González junto a todo lo necesario para crear en la nada de la caja negra del escenario todo lo necesario para que la magia ocurra. Debían de recoger la carne del inspector Enrique Castro que llegaba en avión desde Bilbao a Barajas sobre las 13:30 horas, dándonos tiempo para comer y luego, sobre las 15:30 horas llegar al espacio e ir montando todo los necesario. El avión salió trade de Bilbao y llegó tarde a Barajas, todo hizo que tarde se comiera y más tarde se pudiera llegar a la vieja instalación industrial reconvertida en "fábrica de cultura". Luego, tanto la actriz que presta su cuerpo a la desesperada Laura Fernández como el compañero encargado de arropar la magia escénica con las luces, audios y vídeos llegarían apurando el tiempo y retando a la meteorología, justo para poder entrar en escena.
El reto fue enfrentado y superado. Los inconvenientes fueron sobrepasados y a las ocho de la tarde las luces de la sala se apagaron y se comenzaron a sonar los audios de comienzo de la obra. En el patio de butacas la gente se acomodaba, algunas de las butacas esperaron a los que no llegaron por la situación meteorológica que dieron pie a la recomendación de las autoridades madrileñas a pedir que la gente no saliera de sus casas. Aún así las butacas se llenaron y todo dio comienzo llevando a la gente que nos vino a ver a ese angustioso mundo del suspense que, en este caso, nos plantea la angustia de la pérdida de un hijo, de la frustración de no lograr salvar una vida, en la premura de la cuenta atrás que se conjuga con la venganza, el miedo, la soledad y el azar que se cruzan por nuestras vidas.
Todo funcionó correctamente, todo fue bien. Luego la cena, la plática con el compañero Javier y vuelta a Madrid. Así pasó la primera etapa de este reto de "Objetivo Madrid...".
El sábado 22 la cita era en Perales del Río, esa población que fue villa y que fue anexionada a Getafe en 1850. Allí en su nuevo Centro Cultural Julián Marías, estaban citados Cayetana Sota, Gustavo Ortega, Roberto Cuesta, Enrique Sota y su mujer Genma Grau. A las seis de la tarde daba comienzo la cena que de vez en cuando organiza Cayetana para su hermano y su pareja así como para su amigo de la niñez Roberto Cuesta.
Esta vez no había tanta premura. Esta vez Martino se había alejado un poco y la lluvia ya no era tan intensa. Todo fluyó más tranquilo que el día anterior y a las seis de la tarde se levantó e telón dando comienzo al espectáculo.
Los aplausos del público marcaron la consecución del objetivo. Ya solo quedaba finalizar el día y volver a casa. Luego, ya en el calor de nuestro hogar, habría que cerrar definitivamente la aventura ajustando, revisando, reparando... todo lo que se ha movido para esta aventura. Todo ello para empezar a pensar en la próxima. En el 5 de abril en el corazón de Salamanca.