El publico fue atravesando la cortina que cierra la entrada, a cada pases una bocanada de frío irrumpía en la sala incidiendo sobre Pedro y Eduardo, ambos al lado del paso, a la izquierda del escenario frente al aparataje técnico.
Se hace la oscuridad en la sala, seguido el silencio, tanto de la música ambiente como del público, y momentos después comienza una música suave, unos ruidos de puertas que dan paso a la acción ¡Eh tú! ¡despierta!...
María rompe en escena encarnando a una funcionaria de una prisión, son las dos de la mañana de una fría noche de invierno, un momento especial de una relación especial. La dramaturgia corre y llega a su fin "Esta la ganáis vosotros" se hace negro y comienza a sonar la guitarra, la voz de Rosane nace con la luz que la ilumina y el foco de la acción se traslada sobre ella. En el escenario hay actividad, se cambia de sitio varias cosas, se quitan unas y se ponen otras. Todo en su sitio, en su marca. Todo debe quedar perfecto.
Las notas de la última canción, la compuesta para el preso, se apagan y la oscuridad surge con ellas. En escena, de repente, una música, sinfonía reconocida, proveniente de otro tiempo que inundó las salas de cine, irrumpe... las noticias son meten en un tiempo ya pasado, para ambientan una historia atemporal por su humanidad. Un nuevo ¡Eh tú! ¡despierta! rompe la oscuridad reinante y comienza la acción que cuenta esa amistad entre enemigos, ese sacrifico por unas ideas, por cambiar el mundo, las contradicciones humanas, las decisiones... humanas. La vida de unos y de otros, la muerte de Salvador Puig Antich.
Pronto en otros espacios... Comunicado de muerte
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