El tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos... dice Pablo Milanes en una de sus canciones. El tiempo pasa y lo que parecía lejano se hace presente y se fuerza en pensar en el futuro. Parece que fue ayer cuando estrenamos "¡Ese no!" y cuando fuimos, a la semana siguiente, a tierras del nacimiento de Castilla, a la Oña milenaria, donde vimos la reacción de un público que no era el nuestro, que no era el que llenó la sala de Errota Kultur Etxea, ese público de casa, ese público tan agradecido (el público de Matiena destaca por buena respuesta y afabilidad). Aquel publico de la vieja Oña, de la vieja Castilla respondió de forma formidable a nuestra propuesta. Luego llegó la noche del confinamiento y una "nueva normalidad" se empezó a tejer. Aún así, poco a poco Banarte fue tejiendo la gira de su nuevo y último hijo, poco a poco, con mucha incertidumbre y esfuerzo se va completando las diferentes etapas a las que obliga el pasar del tiempo... y vamos poniéndonos viejos y el amor no lo reflejamos como ayer... vamos imponiendo un pedazo de razón en cada abrazo, en cada parlamento, en cada beso...
Llega abril y llega el 17. Soraluze, "platxi" como dicen los amigos, nos espera. En su escenario, ya conocido por nosotros y lo consideramos como nuestro. Así que, con toda la fuerza que nos da la confianza de estar en casa, con todo el ánimo y el rigor, con todas las ganas de ganar la guerra a la incertidumbre de la pandemia, a la "anormalidad" de los encierros, de las vacunas, de la enfermedad, reclamando como nuestro el tiempo, para que pase acercándonos al futuro, a un futuro sin miedo, a un futuro decidido, donde podamos sentir los besos, los abrazos y el amor, el sábado,17 de abril de 2021 a las siete de la tarde crearemos una ficción. Una nueva realidad que por hora y media será la única realidad que exista para los que acudan a la sala del Herri Antzokia de Soraluze-Placencia de las Armas. Una realidad que llenara ese tiempo, que deseamos se torne eterno, de risa y buen humor. De pensamientos que nos hagan olvidar, al menos durante esos minutos, el sufrimiento cotidiano que estamos padeciendo en los últimos tiempos.
La cultura es segura, no hay duda de ello. Las medidas de prevención rígidas y eficaces. Todo estará preparado para que sea imposible el que alguien se pueda contagiar del infernal bicho. Es una buena terapia, incluso diría que una terapia sanadora, el reír un rato, el romper la rutina.
La sala de estar de casa de Cayetana Sota y de Gustavo Ortega está abierta en esa cena con Enrique y Genma, y con Roberto, esa cena sorprendente, ese hito en la vida y en la amistad de estas personas. Hito que mantendrán en su recuerdo durante mucho, mucho tiempo.
¡Ven y disfruta del espectáculo!
Herri Antzokia
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